Esta obra es una aportación a la antropología filosófica, pues proporciona una profunda visión del hombre como ser personal, visto desde la atalaya de Dios.
La guerra de los mundos, publicada por primera vez en 1898, narra por primera vez en la historia de la literatura un tema que será recurrente desde entonces y originará todo un subgénero dentro de la ciencia ficción:
Una mesurada presentación de la concepción antropológica del cristianismo Mientras que el transhumanismo o las teorías del género parecen cuestionar el ser del hombre, cada una de las «antropologías» que suponen las ciencias, las filosofías, las ideologías y las religiones se disputan el derecho a definir su identidad.
Este libro habla de los evitados, de los irregulares, de los fugitivos, de los que han caído hasta el fondo. De las personas sin una morada fija, que viven en los márgenes de nuestras sociedades, muchas veces como invisibles.