Cuando tenemos un hijo, tenemos un diamante en bruto y a través de nuestra dedicación, paciencia y tiempo podemos hacerlo brillar. Un diamante nunca brilla si no es pulido? por otro brillante. Los padres somos brillantes que tallamos a base de normas, límites, enseñar a vivir en sociedad, es decir, de educar, de transmitir valores, de alimentar, de darles las horas de sueño que cada uno necesite...