El sur tiene su misterio. Los viejos navegantes se sentían embrujados por el magnetismo que indicaba la dirección contraria de la brújula. En algún punto, el sur tendría que dar paso al amanecer del oriente. Magallanes lo intentó. Y murió en su intento. Pero valió la pena intentarlo. Es verdad que en los puertos las embarcaciones están más seguras, pero fueron hechas para navegar. Estos cuarenta y dos cuentos pretenden alimentar los sueños de todos aquellos que nacieron para ser navegantes.
Mamerto Menapace es monje benedictino del monasterio de Los Toldos (Argentina).