Este libro tiene una invitación a mirarnos como personas que estamos envejeciendo en una sociedad de la que somos parte y en la que podemos influir, incidir, desde nuestro valores y nuestras acciones cotidianas en distintos ámbitos, para transformarla en una comunidad de hermanos.
Dios se declara en emergencia. ¿Por qué? Basta con ver lo que el ser humano ha hecho de éste mundo, su lugar. La violencia, incubada desde el seno de los hogares…