Hablar con Dios es abrir todos los ámbitos privados y públicos de nuestra vida y exponérselos a Dios. Nada existe más beneficioso y humanizador para la persona que englobar todos los otros diálogos de su vida, los que mantiene consigo misma, con los demás y con las cosas, en el diálogo con Dios.
Las festividades concretas del año litúrgico y los días que celebramos las fiestas de santos concretos, también tienen unas meditaciones concretas en la colección Hablar con Dios. En el volumen VII se recogen estas fiestas entre los meses de Julio a Diciembre.
Las festividades concretas del año litúrgico y los días que celebramos las fiestas de santos concretos, también tienen unas meditaciones concretas en la colección Hablar con Dios. En el volumen VI se recogen estas fiestas entre los meses de Enero a Junio. Cristo tiene siempre algo que decirnos, a cada uno en particular, personalmente: en el Evangelio, en la doctrina de la Iglesia, en la liturgia.
El lector se siente ayudado a conversar con Dios de la vida misma: de sus situaciones reales cotidianas, de sus penas y afanes concretos. Por eso Hablar con Dios no es un tratado para ´especialistas´,