No todo se puede decir. No todo se puede representar. Quizás el desgaste semántico que notamos alrededor de la palabra Dios tiene que ver con la insaciabilidad del lenguaje, que ha intentado decir demasiado…
Las páginas de este libro, en el que las autoras van desgranando sus reflexiones sobre las Bienaventuranzas, nos ayudan a verlas como una realidad viva experimentable en la propia conducta, aunque, a veces, tengamos la tentación de pensar que pertenecen al mundo irreal de las utopías o que son una meta inasequible.