Los textos han sido extraídos de la Biblia, de los libros litúrgicos, del Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica, del Manual de las Indulencias y de la tradición.
Contemplar a Jesucristo, único Salvador del mundo "ayer, hoy y siempre", es fuente indispensable para la evangelizacion profunda que Juan Pablo II propone a los cristianos.