Transcurrió toda su vida en el pequeño convento de san Damián, en estricta clausura, en radical pobreza, en oración y contemplación de extraordinaria intensidad. Defendió hasta su muerte, con todas sus fuerzas, la pureza del ideal franciscano.
Hace muchos años, aún antes de nuestro nacimiento, alguien nos escribió una carta. Y pese al tiempo, su valor no pasa: nunca deja de ser oportuna. Es una carta que no se ha perdido en los desórdenes del correo internacional.
En éste libro se recogen las ponencias 32a Semana Nacional para Institutos de Vida Consagradaque abordan abiertamente, de una forma positiva, este delicado asunto.
El autor presenta a Jesús, desde su primera peregrinación a Jerusalén hasta su muerte y su resurrección. La humanidad sigue sigue soñando con alguien qure le enseñe a moverse en el laberinto de la angustia y que, sobre todo, le muestra la puerta de salida.
Presenta a María, madre, mujer del pueblo y caminante. María nos enseña a decir siempre sí y a sentir que esta vida es siempre una partida, un desprendimiento y una ofrenda.