No es el autor novel que hace por vez primera sus armas en el campo de la literatura espiritual, y mucho menos es primerizo como director de conciencias. Avezado en las lides apotólicas y analista y médico de almas, las que nos conduce al acercamiento divino no es una mano inexperta, sino la de alguien que sabe muy bien lo que trata, pues antes procuró por todos los medios meditarlo y vivirlo para sí y para los demas.