Desde nuestra infancia hemos aprendido que los dones del Espíritu Santo son siete, y hasta los sabemos de memoria. Pero ¿dónde tienen su raíz?.
En esta novena al Espíritu Santo nos abrimos a la acción sanadora de sus dones, le pedimos que nos ayude a potenciarlos cada día y agradecemos a nuestro Padre por el cariño expresado en su Hijo Jesús.