“Una obsesión no se cura con otra obsesión, se cura con la libertad. No te engañes, no te mientas. Tómate en serio y busca sanar la raíz de tu angustia, para que así puedas aprender a vivir mejor y el futuro no sea peor que el presente”, afirma Víctor Manuel Fernández en estas páginas. Aunque tratemos de negarlo, o aunque no nos demos cuenta, todos dependemos de la opinión que los demás tienen de nosotros. Nos interesa ser apreciados, tenidos en cuenta o, por lo menos, ser aceptados por los otros. Y eso origina profundas angustias. “Algunos –advierte el autor- se desviven por ser queridos y viven haciendo cosas para que los demás los tengan en cuenta y los amen. Otros se han vuelto aparentemente indiferentes, y para poder sobrevivir han creado una máscara de personas autosuficientes, que no necesitan del cariño y de la opinión de nadie”. Entre estos dos extremos estamos todos.