Todo el año litúrgico gira en torno a la Pascua. La muerte no logró vencer a la vida de amor, servicio y entrega de Jesús, que resplandeció en la Resurrección. Jesús resucitado alienta a sus discípulos a vivir según su Espíritu, en un clima de fraternidad y alegría, viviendo su amor en medio del mundo. Asumiendo el riesgo de luchar contra tanta muerte; compartiendo el pan y la esperanza. Viviendo ya como resucitados.