Uno de los grandes genios del pensamiento, en continua búsqueda de la verdad, se encuentra con el mensaje cristiano en el que puede colmar finalmente su sed.
La filosofía de san Agustín brota de su vida personal como el agua de la fuente y, por ello, la comprensión adecuada de sus ideas requiere el conocimiento previo de su historia personal. Sus ideas y su vida forman un todo vital íntimamente trabado.