En este libro, el autor nos hace reflexionar en uno de los aspectos más arduos del cáncer: la soledad. Una soledad íntima, interior, individual y personal que impide sacarte de tu propio pozo por muy rodeado que estés de personas que te quieren e intentan ayudarte.
Guía de acompañamiento a los familiares y cuidadores de personas con Alzheimer, impacta en el núcleo de una problemática contemporánea: cómo trasmitir un conocimiento científico en un lenguaje accesible…
Siempre que muere un ser querido solemos hacernos muchos interrogantes, como por ejemplo: ¿qué hay después de la muerte? ¿Cómo estará ese ser querido que hemos perdido? ¿Qué sucederá con él? ¿Cómo podemos tener la certeza de que se halla en un buen lugar? Y nosotros ahora, ¿encontramos consuelo a nuestra tristeza?
Aparece por primera vez en castellano esta obra escrita por Santo Tomás Moro en 1522 y que bien podría titularse Arte de Vivir. Se trata de un ejercicio intelectual, en el que Moro se propuso reflexionar emparejando…
El dolor que no tiene nombre es el testimonio de dolor, pero también de fuerza, que no reflexiona solamente sobre el vacío de la pérdida, de la desesperación...
Duelos para la esperanza se compone de veintisiete testimonios escritos desde la experiencia, después de haber transitado el camino del duelo tras la muerte de un ser querido.
Las reflexiones cortas de varios autores, los textos bíblicos, los esquemas de celebración y las oraciones que contiene este bolsilibro son una excelente ayuda para todos aquellos que pasan por el trance doloroso de la enfermedad, sus familiares, los profesionales del área de la salud y los agentes de pastoral.
Este libro ofrece al lector una reflexión sencilla sobre el tema del purgatorio, dirigido al lector común interesado en conocer un poco mas sobre su fe y sobre esta dimensión espiritual.
La vida de Isabel, la autora, sufrió una tremenda transformación a partir de la enfermedad y el fallecimiento de su hija Florencia. El proceso de esta conmoción interior y las preguntas que cuestionaron los fundamentos de su fe…
Yo no conozco la muerte. No, yo solo voy hasta el final de esta orilla, la de la vida. Acompaño hasta el umbral de lo infranqueable. «¡Pues no es tan fácil!», pensarán tal vez. Y, sin embargo, lo afirmo: si se alberga mucha ternura…