“El pan y el vino, los dos elementos de la eucaristía, tienen una cosa en común: ambos contienen levadura y ello es lo que les hace crecer y transformarse. El evangelio también contiene dentro de sí su propia modalidad de levadura, y esta levadura cobra vida, crece y cambia cuando cae en las manos de personas como Henri. El mensaje de Nouwen ha penetrado en el mundo, pero está destinado a ir todavía más lejos.
Debe llegar a más gente y también debe penetrar más profundamente en los corazones de cada uno de los que ya hemos sido tocados por el mismo. Para ello hará falta tiempo y oración, y también hablar de ello. Tal vez este libro pueda ayudar a algunos de nosotros a avanzar un paso más en esta dirección. “Es difícil pensar en otra figura que combinara tan perfectamente la inspiración divina y la humanidad variopinta y enloquecida. Era un tesoro en un recipiente de barro. Que la bendición de Dios descienda sobre él”.