La fe cristiana es racional. Pero tiene una racionalidad muy peculiar, que tiene mucho que ver con la libertad del amor de Dios.
Un amor que se puede rastrear en una historia –de Israel, Jesús de Nazaret, la propia Iglesia- y en la propia capacidad del ser humano para pensar, desde la relación con el Dios más vivo y presente.
Un libro muy útil para quienes necesitan integrar la razón y la fe, o quienes quieren dialogar con creyentes de otras religiones… o con no creyentes.