Abrir nuestros ojos a la luz divina y escuchar asombrados la voz de Dios: dos actitudes que marcan la espiritualidad bíblica, recogidas por san Benito y por toda la tradición cristiana. En ellas encuentran su inspiración estas páginas. Son breves meditaciones sobre textos de los cuatro evangelios que se proclaman en la liturgia dominical. El autor, igual que hiciera con Caminos de fe, nos descubre en estas palabras evangélicas los Caminos de luz que pueden iluminar nuestras experiencias más humanas de cada día.