''De muy joven ya tenía la inquietud de conversar y de ayudar a personas que vivían en sin techo. Siempre he tenido la intuición de que todos somos parte de una gran familia y de que los que estamos en mejor situación debemos ayudar a los más necesitados. Esta idea se transformó en experiencia intensa cuando viví la dicha de conocer a Jesucristo y su manera de tratar y de amar a los más pequeños. Después de diferentes experiencias, decidí dedicar parte de mi tiempo de ocio a estar con enfermos psíquicos. Desde el año 2001 colaboro cada semana, junto a mi mujer, con un hospital psiquiátrico.