Este libro constituye la pieza maestra de la obra lógica de Aristóteles pues allí aplica el método silogístico a la demostración científica, de tanta fecundidad que incluso ahora se anda por los carriles que Aristóteles señaló a la ciencia, entre otros, las características de universalidad, causalidad y necesidad que aplica al saber científico.
Este enfoque pasa a la posteridad, llega a nuestro autor y se transmite a toda la concepción científica de ahí en adelante.