Ante los múltiples desafíos de la vida social, los cristianos están llamados a ser -recordando la Epístola a Diogneto, del siglo II- como el alma del mundo. La Teología Moral Social, que incluye la llamada Doctrina Social de la Iglesia, desea iluminar y motivar la actuación de los cristianos, y particularmente de los fieles laicos, para contribuir con las demás personas de buena voluntad a construir una sociedad más humana. En estas breves páginas se presenta una visión cristiana de los fundamentos de la vida social, desvelando así algo del secreto mejor guardado de la Iglesia Católica: su doctrina social. Presupuestos de la política como el bien común, el amor a la verdad o la justicia sirven para ofrecer una visión, quizá diferente de la que percibimos a menudo, del poder político, de la democracia, del papel de las leyes o incluso de los impuestos. Además, otros temas como el desarrollo o las migraciones, la actividad económica, el mercado, el capitalismo, las desigualdades, el consumismo, el cuidado de la naturaleza, son explorados desde una perspectiva cristiana.