El populismo surge cuando la gente se siente en situación de peligro, cuando se percibe una crisis de la vida conjunta en un contexto pluralista y/o cuando determinados sectores de la población se sienten ignorados por los sistemas políticos o económicos globales. Puede surgir la nostalgia de un pasado imaginado que suplanta todo esfuerzo por trabajar por un futuro para todos. Y para estos sectores de población emergen los «salvadores». Oradores con talento y manipuladores de los símbolos y de los sistemas mediáticos explotan fácilmente los sentimientos populares de temor e impotencia.
En este contexto, la identidad, la religión y la cultura se convierten en piedras angulares emocionales. Los estudios sobre el populismo cristiano señalan que es contrario a la fe y a la doctrina y un enemigo para la vida de comunión y comunidad.