DESCUBRE TUS RITMOS #102
No importa lo que toques –decía Liszt– si llevas bien el ritmo”. La vida tiene sus ritmos, y para seguirlos debidamente hay que sentirlos.
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No importa lo que toques –decía Liszt– si llevas bien el ritmo”. La vida tiene sus ritmos, y para seguirlos debidamente hay que sentirlos. Días y noches, invierno y verano, pulso y respiración, entusiasmo y depresión...: todos son ritmos que llevamos metidos en el cuerpo y en el alma, que gobiernan nuestra vida y rigen nuestra andadura. ¿Por qué un día estamos tristes y otro alegres, sin causa especial? Cogerle el ritmo a la vida es el secreto para disfrutarla. La convivencia hace imperativos los ritmos. Sentir los ritmos de los demás para convivir en armonía. La familia, los amigos, los compañeros de trabajo, los clientes, los médicos... Siempre que hay dos personas, hay dos ritmos, y hay que combinarlos para hacer buena música. La diferencia de Mozart a Beethoven es la que va de un minueto a un scherzo. Mozart incluía minuetos palaciegos en sus sinfonías, mientras que Beethoven pasó al vertiginoso scherzo. Y ahí va toda una era en la historia de la música. ¿Cuál es tu sinfonía? CARLOS GONZÁLEZ VALLÉS, cuya abundante producción hace innecesaria su presentación, es autor, entre otras muchas obras, de Viviendo juntos (8ª ed.); Dejar a Dios ser Dios (13ª ed.); Busco tu rostro (16ª ed.); Ligero de equipaje (21ª ed.) y Al andar se hace camino (8ª ed.). Su último título publicado en Sal Terrae es Vales más de lo que piensas. Los principios de la autoestima (2ª ed.).