El personaje de esta memoria hecha con trazos de ficción, representa a uno de los muchos sacerdotes de España, un cura común, ajado por los años pero con la entrega en vilo. Mario representa los gozos y las sombras del sacerdocio en el último medio siglo de España. Mario somos todos y nadie a la vez. Es un paradigma de alguien que se ilusionó con la reforma conciliar y que hoy, desde la atalaya de sus setenta años, se abriga de recuerdos en el duro invierno eclesial. Pese a todo, no pierde la esperanza, mientras se sigue preguntando cada día si aquellos hombres y mujeres que ayudaron a traer el espíritu conciliar estaban en lo cierto o andaban equivocados, como algunas voces se encargan de recordar hoy. Se resiste al desaliento y vibra con esperanza. Mario es el protagonista de una vida entregada al ministerio consagrado Admitir que aún hoy es posible comenzar de nuevo, abandonando el recuerdo, lo hundiría en una terrible desesperación. Unas páginas escritas desde el amor a la Iglesia en este Año Sacerdotal.