"Es que soy adolescente" suena a excusa, y en cierto modo lo es, pero ante todo es una forma de pedir ayuda. El chico o la chica que se acoge a esta premisa no siempre lo hace para montar un argumento justificativo, sino como un grito de socorro para que los padres, y los adultos en general, nos esforcemos por comprender lo que ellos mismos no comprenden.
En el fondo, nos están pidiendo que no tiremos la toalla, que no cejemos en el empeño de seguir educándolos, que cambiemos las estrategias educativas, que nos armemos de paciencia, que recordemos nuestra adolescencia, que aprendamos a tratarlos, que no los dejemos solos…
Todo eso y mucho más nos lo están diciendo con sus frases adolescentes tan personales y tan universales.