En algunos códices primitivos el texto del encuentro entre Jesús y la mujer adúltera (Jn 8,1-11) no aparece. Es como si temieran que la misericordia fuera un signo de debilidad y oscureciera la imagen que tenían de Dios. Sin embargo, Él desbarata todas nuestras ideas preconcebidas y su misericordia supera con creces nuestras falsas ideas de justicia. Jesús nos muestra en este relato que el perdón, que está en las entrañas del Evangelio, siempre engrandece y humaniza a la persona y crea en la sociedad un clima de reconciliación y fraternidad. En estos tiempos de guerras, racismo, exclusión y violencia, debemos mostrar mucha más misericordia que imposiciones, descalificaciones, condenas y amenazas.