El Concilio Vaticano II desató en un pasado muy cercano muchas expectativas e ilusiones para el futuro de la Iglesia. Este libro pretende recordar lo que dicho Concilio quiso que fuera la Iglesia y lo que se planificó para ella: el poder del papa, de los obispos, el perfil de los laicos y las relaciones entre jerarquía y fieles. La obra consta de diecisiete capítulos, que van acompañados de una introducción y una conclusión.