El juicio que derivó en la condena a muerte de Cristo estuvo marcado por una serie de preguntas sin respuesta, que se adentran en el Misterio. Si la figura de Cristo es inaccesible en cuanto a su divinidad, deviene modélica por lo que se refiere a su humanidad. ¿Por qué no se defendió? ¿Cuál es la lección que de esta indefensión voluntaria debemos extraer los cristianos? La condena del Justo convirtió este infausto procedimiento penal en el proceso judicial más inicuo de todos los tiempos.