Es conocida la estrecha relación existente entre el movimiento comunal, el desarrollo de las ciudades y la renovación de la espiritualidad que tiene lugar a finales de la Baja Edad Media. Mucho menos conocido, sin embargo, es el importante papel que en este proceso jugaron algunas mujeres. Los poemas que aquí se traducen por primera vez al castellano, se escribieron hace ya siete siglos y, sin embargo, su autora y el movimiento de beguinas en que se encuadra son nombres que nada dicen. Las beguinas, mujeres de diversas clases sociales, al mismo tiempo contemplativas y activas, que poseían una elevada cultura religiosa y literaria integrada en su vida y en su experiencia espiritual y que, fuera de los claustros, sin reglas ni votos, mostraban gran familiaridad con la Biblia, con la liturgia y con los clásicos, se inspiran para sus composiciones en la poesía del amor cortés, de la que toman sus expresiones, con un vocabulario en parte nuevo. Estos «Poemas» —45 poemas estróficos y 16 de rimas masculinas y femeninas alternas— se asemejan a un único y extenso poema con variaciones sin fin, a la manera de la poesía de la «fin'amor» trovadoresca, en los que canta a su Dama, transfiriendo con entera libertad el servicio del amor cortés a la Divinidad. Consulte también Fuentes neerlandesas de la mística española Mujeres de luz La mística femenina Diario de Asia Materias Mística Ensayo literario, literatura, poesía