Dos amigos están sobre el puente.
Uno de ellos dice:¡Contempla la alegría de los peces en el río!
Mas el otro le replica:¿Cómo tú, no siendo pez, sabes de la alegría de los peces?
Con este sencillo y profundo relato se abre una antología de textos que quieren devolver la alegría a nuestra contemplación del mundo y a nuestro cotidiano vivir. Cada página es una invitación a acercarnos, intuir, sentir y ver eso esencial que solo puede mirarse con los ojos del corazón.
Recuperar la mirada del corazón es hoy una necesidad epistemológica y una urgencia política. La lectura de estas páginas puede devolver a sus lectores una mirada comprometida, serena, redentora, alegre y cargada de belleza.