Entre los destinatarios de la evangelización hay que incluir a los propios cristianos. Solo unos cristianos evangelizados estarán capacitados para transmitir el evangelio y, por consiguiente, para evangelizar a los demás; solo una Iglesia evangelizada podrá ser una Iglesia evangelizadora, obediente al Señor del Evangelio. La forma o el estilo con que el cristiano está en compañía de los hombres es determinante: del «cómo» depende la misma fe, porque no es posible anunciar a un Jesús que narra a Dios con mansedumbre, humildad y misericordia, y hacerlo con un estilo arrogante, con intransigencia o incluso con actitudes que pertenecen más bien a la militancia mundana. Y precisamente para salvaguardar el estilo cristiano es necesario también resistir a la tentación de hacerse valer y alardear de fuerza numérica. La fe no es cuestión de número, sino de convicción profunda y de grandeza de alma, de capacidad de no temer al otro, al diferente, sino de saber escucharle con dulzura, discernimiento y respeto. Del estilo de los cristianos en el mundo depende la escucha del Evangelio y su acogida como buena o mala comunicación y, por consiguiente, como buena o mala noticia.
Enzo Bianchi (Castel Boglione, Monferrato -Italia-, 1943) es fundador y prior de la comunidad de Bose. Director de Parola, Spirito e Vita y miembro de la redacción de la revista internacional de teología Concilium, es autor de numerosos libros, traducidos a muchos idiomas, sobre la espiritualidad cristiana. En Italia colabora en La Stampa, Avvenire y en Francia en La Croix, entre otros periódicos y revistas.