El presente tomo se ocupa de una triple problemática: la vida humana se manifiesta en nuestra consciencia, que reposa sobre el mito; el mito nos lleva a creer que nuestra consciencia nos manifiesta la realidad. Tenemos fe en ella: no nos queda, por tanto, más remedio que recurrir a la hermenéutica o interpretación de nuestra vida.
El primer volumen está articulado en tres secciones, que tratan del mito, del símbolo y del culto, respectivamente. El mito es el modo como los seres humanos expresan una verdad que no es «clara y distinta» para la razón y que, sin embargo, se acepta como obvia. Para ello, los mitos recurren a metáforas y a símbolos valiéndose de la palabra como medio del logos. De hecho, el uso más corriente de la palabra es el símbolo, que no es solamente polivalente, sino que nos salva del gran peligro del objetivismo, que es fácilmente la puerta al fanatismo. El símbolo se manifiesta finalmente en el culto, no en cuanto ceremonia sino como expresión del homo religious, como aquella actividad que el ser humano cumple en comunión con el cosmos para contribuir a su mantenimiento.