“Un poeta, un genio... con resplandores... uno de los genios espirituales de nuestro siglo...”. Pablo VI conocía a Maurice Zundel y se había percatado de quién era. Lo invitó a predicar la tanda de ejercicios del Vaticano para la cuaresma de 1972.
En nuestros días, un publico cada vez más numeroso está redescubriendo a Zundel, hasta el punto de que se ha convertido en compañero de camino para una nueva generación, como ya lo fue durante su vida (1897-1975) a lo largo de las incontables homilías y conferencias pronunciadas en gran cantidad de países.
Interioridad, libertad, pobreza, entrega de nosotros mismos... valores anclados en el descubrimiento de un Dios “con corazón de hombre” al que no ha cesado de dar a conocer como “una Persona, una Intimidad, Alguien que es Corazón... Y un Corazón no puede revelarse más que a otro corazón, una Persona no puede manifestar su secreto más que a otra persona...”. Decía también: “La persona no llega a ser ella misma más que a través del don”. No es posible resumir una enseñanza tan profunda en unas cuantas líneas, ni siquiera en un pequeño libro. Con todo, esperamos hacer nacer en el lector el deseo de ir más lejos. Con ello se daría por satisfecha nuestra ambición.