Se trata de comentarios u homilías a las lecturas de los domingos y principales fiestas del Ciclo C. Hacer una homilía no es tarea fácil, ya que el riesgo de caer en la moralina o en una ilustración puramente intelectual es grande. A juicio del autor, bastaría con que fuera capaz de sugerir convincentemente algo del inmenso cariño que el Señor siente por sus hijos, especialmente por los más pobres, y conseguir que se lograra disfrutar del tesoro que supone la fe en un Dios bueno, Padre de Jesús y Padre nuestro.