Cuando tanto se manosea y banaliza el tema de la virginidad mariana, ''viene bien el acordarnos -dice santa Teresa de Jesús- cómo reaccionó la Virgen nuestra Señora ante este misterio y cómo preguntó al Ángel: ¿Cómo puede ser esto?. Al escuchar que ''el Espíritu Santo vendrá sobre ti y te cubrirá con su sombra'', no se preocupó de más disputas. Entendió luego, como quien tenía tan gran fe y sabiduría, que no había más que saber ni dudar''. Pues bien, este mismo es el tema de estas páginas en las que el autor destaca, apostilla y celebra el dato de que en la concepción de Jesús no existió varón alguno.