¿Es puramente irracional el dolor? ¿Tiene algún sentido el sufrimiento? ¿Es acaso un castigo divino por nuestras malas acciones? Desde siempre, estas preguntas han salpicado los debates intelectuales de todas la épocas, a pesar de que las respuestas no han estado nunca escondidas ni limitadas a unos pocos, sino que para acceder a ellas tan sólo se requiere una mente abierta y un correcto planteamiento de la cuestión.
Y esa es precisamente la actitud con la que Lewis redacta esta obra. Como él mismo escribe: «El único propósito del libro es resolver el problema intelectual suscitado por el sufrimiento».