«Dignidad», «Democracia», «Derechos Humanos» o «Amor», son términos que usamos constantemente y que significan mucho, aunque en ocasiones se utilizan ligeramente o incluso al servicio de intereses cuestionables. Por eso, precisamos reconstruir estas «grandes palabras», rescatarlas de sus usos corruptos y valorarlas como palabras que representan el mejor futuro para el ser humano.