Durante la cuaresma de 2004, el teólogo Bruno Forte dirigió en el Vaticano, ante el Papa, los Ejercicios espirituales que allí se celebran anualmente. Teniendo siempre como trasfondo el esquema y el espíritu de los Ejercicios ignacianos, se van desgranando a lo largo de cinco jornadas, algunos de los temas fundamentales de la existencia cristiana.