UN CANTO DE NUEVA CREACION (SAL TERRAE)
Vivimos en una cultura de los sentidos, de la sensibilidad. Se estimulan los sentidos abiertos y distendidos hasta el extremo de sus umbrales, para percibir hasta los últimos matices de formas, colores, acentos, texturas, aromas…
Vivimos en una cultura de los sentidos, de la sensibilidad. Se estimulan los sentidos abiertos y distendidos hasta el extremo de sus umbrales, para percibir hasta los últimos matices de formas, colores, acentos, texturas, aromas y sabores. Muchas personas experimentan que en nuestra cultura el lenguaje de los salmos alcanza su sensibilidad y toca dimensiones profundas de su experiencia. A veces como constatación de lo que se vive ya, y que no acertaba a expresarse. Otras como un deseo que se mantiene en carne viva, duele en su ausencia y dinamiza la búsqueda.