El hombre moderno, habituado a la tecnología y a la manipulación de las energías naturales, intenta satisfacerse sólo con bienes materiales y olvidar sus exigencias interiores. Por el peligro que esto representa para la salud humana, el jesuita Carlos de Heredia nos conduce suave y reflexivamente de las energías naturales a las realidades espirituales, utilizando la semejanza práctica de ambas. “Cuando estés triste, cuando estés afligido, cuando estés necesitado, cuando –habiendo tratado de conseguir algo que deseas, usando otros medios- no lo hayas conseguido, ¿por qué no sigues nuestro consejo y te pones a orar? Eso nada cuesta y es muy sencillo. Hazlo no una vez, sino muchas, y verás el admirable efecto que te produce”, expresa el autor.