Alguien dijo que hay dos grandes días en la vida de una persona: el día en que nace y el día en que descubre para qué. Y quizá por eso, una vez nacidos y alcanzada la capacidad de hacernos preguntas, comenzamos a cuestionarnos de dónde venimos, a dónde vamos, y exactamente qué hacemos aquí mientras tanto. Son interrogantes propios de cualquier ser pensante, no solo de filósofos y expertos.