Lo que este libro propone es un doble itinerario: después de aclarar el concepto bíblico de «corazón», en la Primera Parte se aborda una reflexión sobre algunas experiencias contrastantes de cuanto sentimos -la mansedumbre o amabilidad, el miedo, la alegría de la fiesta, el oscuro misterio del sufrimiento...- que se convierten también en actitudes existenciales.
La Segunda Parte, lógicamente, se dedica a profundizar en algunos de los rostros del amor «público», es decir, el amor que va más allá de lo privado y personal y se traduce en actitudes de entrega al otro (desde la amistad hasta el amor conyugal), al punto de producir frutos que permanecen y alimentan las relaciones, los vínculos, las estructuras afectivas y los espaciones de sociabilidad. En este sentido, se presta una atención especial a la familia y, dentro de ella, a la figura del anciano, tan a menudo olvidada.