Para tratar con soltura de la cárcel, antes hay que hablar de la sociedad. No es posible elaborar una teoría coherente de víctimas y verdugos sin tener en cuenta a los miles de damnificados que la ferocidad social produce en forma de excluidos.
El posicionamiento crítico de estas páginas interroga asimismo al sistema de justicia, ya que mucho atropello que se ve en prisión es deyección de los juzgados. Es un debate complejo, pero inevitable, que no excluye de responsabilidad sobre sus actos a ningún interno ni sobre la posibilidad de regenerar su futuro.