El esclavo huido de Filemón encontró la verdadera libertad de los labios de san Pablo; una apasionante historia de uno de los primeros cristianos. Ser esclavo en una provincia del inmenso imperio romano era pertenecer a la clase social más baja. Pero Jesús nos enseñó que todos somos iguales y que todos tenemos la libertad de los hijos de Dios. Onésimo, esclavo huido de Filemón, encontró la verdad que llenó su corazón de los labios de san Pablo.