Para aquellos domingos en que la predicación no tenía lugar en marco litúrgico, el Papa mismo se ocupaba de suplir esa carencia con sus breves y jugosas intervenciones con ocasión del rezo del Ángelus y del Regina caeli.
Para aquellos domingos en que la predicación no tenía lugar en marco litúrgico, el Papa mismo se ocupaba de suplir esa carencia con sus breves y jugosas intervenciones con ocasión del rezo del Ángelus y del Regina caeli.