Desde este año, el Papa Francisco ha querido que se celebre la memoria obligatoria de María, Madre de la Iglesia el primer lunes después de Pentecostés. Aunque ya es antigua la devoción a María como Madre de la Iglesia, fue Pablo VI quien le concedió este título en 1964. En estas páginas, el P. Achim cuenta –de manera muy sencilla– la necesidad y conveniencia que tiene la Iglesia de tener a María como Madre.