La Iglesia invoca al Espíritu Santo para que derrame sobre ella su luz y su amor. Como sucedió en Pentecostés, también los cristianos han de prepararse para recibirle en su corazón, invocándole con confianza.
El autor trata de la obra más maravillosa del Espíritu Santo, que es nuestra propia vida espiritual; y en especial de la oración, elemento inspirador de toda la armonía, principio de unidad, y clave de esa obra en el alma del cristiano.
Una meditación sobre la figura de San José y sobre su papel en la historia de la Salvación, que le propone como modelo de numerosas virtudes: confianza, fidelidad, santidad en el trabajo cotidiano…