Guiados por el deseo de Jesús que nos llama junto a él, recogemos de la tradición de la Iglesia el objetivo de un recorrido de ejercicios espirituales para buscar y hacer la voluntad de Dios en nuestra vida.
El matrimonio es un vasto ocáano en cuyas profundidades se entrecruzan las corrientes, se agitan las aguas profundas, se integran y se desintegran las olas y, en el momento menos pensado, podemos ser empujados hacia playas desoladas.