La finura de espíritu y la delicadez de sentimientos empapan todas las páginas de este original y bello libro. Casi sin quererlo y con mucho atrevimiento, dice la autora,
"Mi alma engrandece al Señor": María canta, alaba y exalta a su Señor. Está extasiada por la grandeza de su amor, que ha sentido en su corazón y ahora guarda en su seno.