Laudes, vísperas y completas. En la celebración comunitaria, como en las recitaciones a solas, ésta oración es un coloquio entre Dios y el hombre; sin embargo,
con motivo del Sínodo sobre la familia, se presenta como una invitación al diálogo por parte de cinco cardenales de la Iglesia católica y de otros cuatro especialistas.
En la región de las raíces del alma y de la libertad, en el «fondo del ser» –según expresión feliz de Tauler–, la identidad del yo encuentra su auténtico suelo nutricio y su refugio unificante. Allí se retira el hombre cuando su yo se ha distraído demasiado.